Almas Examinadas: retrospectiva de la saga Souls (presentación)
Evolución del diseño, la narrativa y la experiencia en seis clásicos modernos del videojuego
La primera vez que escuché hablar de la saga Souls no imaginaba que estos títulos terminarían definiendo mi forma de entender el videojuego y pasarían a ocupar un lugar tan especial entre mis grandes favoritos; muy por el contrario, mi sentimiento inicial fue más bien de incomprensión. ¿Quién querría invertir tantísimas horas en juegos donde el game over es tan frecuente, farragoso e incluso injusto? ¿Qué encanto había en fracasar una y otra vez, además de alardear de ello frente a quienes habían perdido las ganas de darse cabezazos contra un muro? Durante años, dificultad, frustración y git gud fueron las palabras que más escuché sobre estos juegos, pero algo me decía que el nombre Souls podía ser mucho más que eso.
El entusiasmo que veía en la gente que hablaba sobre sus intrigantes universos de fantasía oscura, sus historias fragmentadas, su atención al diseño y su silenciosa forma de narrar me hacían pensar más allá de la complejidad, del castigo, del fracaso; empecé a ver estos juegos como una exploración pausada y fascinante, y a sus desafíos, como inspiradores más que desesperantes. Decidí adentrarme, aprender y vencer en todos y cada uno de los juegos de esta saga, convirtiéndome en otro fan del John Boy que conocemos como Hidetaka Miyazaki e incorporando a más y más gente a la causa. Hace mucho que la obra de nicho se convirtió en fenómeno de masas, y no solo confío en que, tras adentrarse en Elden Ring de la mano de George R. R. Martin, muchas personas indagarán en el resto de la saga, sino que aquellas personas más veteranas querrán también repasar algunos de esos capítulos sueltos y herederos espirituales que llevan tiempo sin visitar.
De eso mismo quería hablar.
La saga Souls ha evolucionado mucho desde sus orígenes en 2009, perfeccionando una fórmula definida, pero también tomando derroteros inesperados y experimentando sutilmente con rasgos que parecían inamovibles; en esta serie, ALMAS EXAMINADAS, quiero dedicar un artículo a cada uno de estos juegos para estudiar su diseño jugable y narrativo, pero también para hablar de mi inseparable experiencia personal con ellos. Comenzaremos adentrándonos en la niebla que envuelve Demon’s Souls para descubrir el destino de Boletaria; exploraremos la historia estratificada de la trilogía Dark Souls, donde tantos reinos se han alzado y caído sobre las ruinas de antiguos dioses; antes de concluir, nos desviaremos por los traicioneros callejones de una Yharnam bañada por la luz de la luna en Bloodborne; y haremos entrechocar nuestras espadas en la cruenta guerra en la que Sekiro: Shadows Die Twice tiene lugar.
Mi intención es que este recorrido cronológico ayude a entender algo mejor a la criatura por ahora desconocida que será Elden Ring y que, cuando llegue a nuestras manos el próximo 21 de enero, apreciemos lo que mantiene como séptimo en la línea de sucesión y, muy especialmente, dejemos espacio a lo impredecible. Mi único deseo es que más y más personas se sienten alrededor de esta cálida hoguera y hablemos del camino.
Bienvenidas a Almas Examinadas.
